El marido de Rumiko fallece dejándola sola y deprimida. Preocupados por su bienestar, la hija de Rumiko, Mimi, y su familia se mudan a su casa y comienzan a vivir con ella.
Koujiro, el hijo de Mimi y nieto de Rumiko, está muy apegado a su abuela y la adula constantemente.
Un día, sintiéndose sola, Rumiko decide consolarse. Para su consternación, su nieto Koujiro la ve en pleno acto.
Koujiro comienza a frotarse la entrepierna delante de Rumiko, para sorpresa de esta. “Te ayudaré” dice Rumiko, incapaz de resistir el impulso que la invade.
Durante el acto, ve una ilusión de su difunto marido reflejada en Koujiro...
Sabe que no debería, pero la imagen de su difunto marido y la ternura de su nieto son imposibles de resistir... O tal vez sea otra cosa...
Koujiro, el hijo de Mimi y nieto de Rumiko, está muy apegado a su abuela y la adula constantemente.
Un día, sintiéndose sola, Rumiko decide consolarse. Para su consternación, su nieto Koujiro la ve en pleno acto.
Koujiro comienza a frotarse la entrepierna delante de Rumiko, para sorpresa de esta. “Te ayudaré” dice Rumiko, incapaz de resistir el impulso que la invade.
Durante el acto, ve una ilusión de su difunto marido reflejada en Koujiro...
Sabe que no debería, pero la imagen de su difunto marido y la ternura de su nieto son imposibles de resistir... O tal vez sea otra cosa...
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